Oñati, 2023.
Proyecto
AITZA
/Contexto
Su principal deseo era disfrutar de una zona común amplia y luminosa, donde pudiera relajarse, compartir momentos y disfrutar de momentos de escuchar música. Todo ello, sin tener que renunciar a las dos habitaciones existentes ni al contacto con la terraza exterior.
Nuestro cliente se acababa de comprar una vivienda de tan solo 50 m², con dos habitaciones independientes y una zona de estar muy limitada.
La distribución de la vivienda no era de su agrado. Aunque valoraba la privacidad de sus dormitorios, sentía que el espacio común resultaba oscuro, poco funcional y desconectado del exterior.
/Transformación
Desde el inicio, asumimos el reto de transformar el corazón de esta pequeña vivienda para responder a sus necesidades actuales: más amplitud, más luz y una mayor conexión con el exterior. Nuestra solución se centró en optimizar cada metro cuadrado a través de una distribución inteligente y un diseño flexible.
Eliminamos barreras visuales y unificamos cocina, comedor y salón en un único ambiente abierto, versátil y acogedor, que potencia la entrada de luz natural y conecta directamente con la terraza. Esta apertura no solo mejora la funcionalidad del espacio, sino que crea una atmósfera más generosa y vivible.
/Resultado
El resultado es una vivienda que, a pesar de su tamaño, se siente amplia, armónica y bien aprovechada. Un hogar donde el cliente puede disfrutar de la música, de la luz natural y de la vida cotidiana, sin renunciar a la privacidad de sus dos habitaciones. Un proyecto que demuestra cómo el diseño puede transformar lo limitado en inspirador.